domingo, 29 de enero de 2017

¿Qué es (de verdad) la verdad?


¿Qué es la verdad? ¿Lo que veo, lo que siento, lo que creo, lo que entiendo?... ¡Este es uno de los problemas más verdaderos de la filosofía! ¿O no? ¿Sabéis distinguir lo verdadero de lo falso?

Antes de nada. Solemos llamar “verdad” a una cualidad de nuestros pensamientos (proposiciones) o de las frases (enunciados) con que los expresamos. Una proposición o enunciado tiene la cualidad de "ser verdadero” cuando lo que pensamos o decimos con él se corresponde con la realidad. ¿Pero cómo sabemos que se corresponde?

1. Porque se ve, dicen algunos. Sé que el enunciado “El delantero ha marcado un gol” es verdadero porque lo acabo de ver por televisión (o porque alguien que lo ha visto, y del que me fío, me lo ha contado).

2. Porque se siente con el corazón, dicen otros. Es como una especie… de emoción.  Sé que es verdad que “la película de ayer era muy bonita” porque me gusto mucho.  

3. Porque quiero creerlo, por un esfuerzo de voluntad, como la fe. Qué “Dios creó el mundo” es verdad porque lo creo, solo por eso (aunque no tenga “pruebas”, ni entienda demasiado cómo lo hizo).

4. Porque tenemos pruebas experimentales. Sé que es verdad que “el agua hierve a cien grados” porque hemos hecho muchos experimentos, cuidadosamente diseñados, en los que se ve como el agua hierve a esa temperatura.

5. Porque, después de pensarlo, lo entiendo como necesario (no puede ser de otro modo). “Dos más dos son cuatro” es verdad porque razono y concluyo que es imposible que dos más dos no sean cuatro.

Según hagamos caso a uno u otro de estos “criterios de verdad” (por cierto: ¿cuáles serán los “criterios” más verdaderos, y por qué?) podemos hablar de:

Saberes racionales. Son los que obedecen al criterio (5), (4) y, a veces, un poquito el (3). Los que solo aceptan el criterio (5) son denominados “saberes puramente racionales” o “lógicos” (la filosofía se considera habitualmente como uno de estos saberes)Y los que siguen el criterio (5) y el criterio (4) (más, a veces, un poquito el (3)), se denominan “saberes empírico racionales” (son lo que llamamos “ciencias”).

Saberes irracionales. Son los que dicen obedecer los criterios (1), (2) y (3). Por ejemplo, lo que solemos llamar saber común o vulgar obedece a menudo el criterio (1). La gente piensa que nuestros juicios estéticos (sobre lo bonito y lo feo) obedece el criterio (2). Los dogmas o verdades religiosas obedecen, típicamente, al criterio (3).


La presentación de clase: 



Plantéate lo siguiente como ejercicio: de cada una de estas frases dí si te parece verdadera o falsa. Y explica, a continuación, bajo qué criterio has decidido que lo es. 


  • Ahora y aquí es de día.
  • Las ballenas no vuelan.
  • El profesor te ha propuesto que hagas este ejercicio.
  • Las personas de signo capricornio son muy testarudas.
  • La película X (imagina la que quieras) es muy buena.
  • Dos más dos son cuatro.
  • El sol es una estrella de tamaño medio.
  • Dios hizo los cielos y la tierra.
  • En cuanto entré aquí supe que esta iba a ser mi casa.
  • Dos cosas iguales a una tercera cosa son iguales entre sí.
  • Nosotros somos el pueblo elegido por Dios.
  • Esta frase es falsa.
  • Dios existe.
  • Me duelen las muelas.
  • El todo es mayor o igual que cualquiera de sus partes.
  • Se está produciendo un cambio climático en la Tierra.
  • Abusar de los más débiles es malo.


jueves, 26 de enero de 2017

¿Es aceptable diseñar genéticamente a nuestros hijos?


Una de las características del animal que somos es la capacidad técnica. Podemos fabricar objetos y transformar el medio ambiente para favorecer nuestra supervivencia. Esto es también frecuente en otros animales (pájaros que utilizan piedras para romper huevos, monos que fabrican y usan palos para "pescar" termitas, etc.). Pero el caso del animal humano parece especial. Nuestra capacidad técnica es incalculablemente mayor que la de cualquier otro ser vivo. Durante siglos, la técnica humana (la agricultura, la minería, la ingeniería...) ha logrado transformar radicalmente la naturaleza (cambiando bosques por campos de cultivo, horadando montañas, cambiando el curso de los ríos...). Pero más aún, desde hace muy poco tiempo, la relación entre la técnica, la ciencia moderna, y las empresas y Estados que se benefician de los nuevos descubrimientos, ha dado lugar a algo nuevo: la "tecnología" (o "tecnociencia"). La tecnología actual nos dota de unas capacidades inauditas y que dan mucho que pensar. Una de ellas es la capacidad de diseñar genéticamente el físico de nuestros hijos. Sin embargo, éste y otros "adelantos" provocan un gran rechazo en la gente.

¿Por qué crees que se produce ese rechazo, en concreto al diseño genético de los hijos, y en general a todo lo que hoy promete la tecnología?

¿No es mejor que controlemos los rasgos físicos con que van a nacer nuestros hijos, en lugar de dejarlos al "azar" natural? Si nadie deja al azar el aspecto, color, etc., del (por ejemplo) automóvil que va a comprar, ¿por qué vamos a dejar al azar el aspecto físico de algo mucho más importante, como son nuestros hijos? ¿Por qué resulta tan escandaloso diseñar el cuerpo de nuestros hijos y no, por cierto, diseñar su "alma", que es lo que hacemos cuando los educamos?
 
¿Qué pensáis de esto? ¿Preferirías diseñar a vuestro hijo o mejor dejarle esto a la "naturaleza"? ¿Por qué sí o por qué no?

AQUÍ TENÉIS LA VERSIÓN RADIOFÓNICA DE ESTA ENTRADA.




domingo, 22 de enero de 2017

¿Es la muerte un truco de magia?



La mayor parte de la gente piensa que la muerte es un mal inevitable ante el cual nada puede hacer la sabiduría. ¿Es esto cierto?

Quizás, al menos, el saber proporcione alivio. Epicuro, un viejo sabio griego, decía que el hombre jamás ha de preocuparse de lo que no puede hacerle daño, y la muerte –decía— no puede dañarnos pues cuando ella llega nosotros ya... no estamos. No es mal consuelo ¿Pero, de todas formas, es sólo consuelo lo que puede ofrecer la filosofía?

Pensemos por un momento lo que es la muerte. La muerte de algo o alguien significa que ese algo o alguien deja de existir, desaparece. ¿Pero es esto lógicamente posible? ¿Es posible que las cosas desaparezcan como desaparece un conejo en la chistera de un mago? Sí, es cierto, vemos cada día como los seres mueren (desaparecen) y nacen (aparecen), pero también vemos a los magos haciendo aparecer y desaparecer pañuelos en su mano y no nos fiamos, sabemos que es tan ilógico (que de donde no hay surja lo que hay y al revés) que sabemos que hay truco (aunque no sepamos cuál). ¿Por qué no pensamos lo mismo con la muerte (o el nacimiento)? ¿No es acaso la muerte igual de ilógica que las ilusiones de un mago? ¿No será, entonces, que la muerte no es más que ilusión?


Por otra parte, creemos que la muerte solo puede afectar a los cuerpos (son ellos los que enferman, se desgastan, se rompen, etc.). ¿Pero son las personas algo más que cuerpos? Pensemos en nuestros pensamientos, deseos, sentimientos o sueños... ¿Serán cosas físicas y corpóreas? ¿Tiene volumen un deseo? ¿Cuánto creeis que medirá un pensamiento cuando piensa en la longitud? ¿Se pone el cerebro amarillo cuando imagino ese color...?... Algunos piensan que los fenómenos mentales no son más que el funcionamiento del cerebro (aunque no les resulta nada fácil responder a las preguntas que hemos hecho); otros piensan que la mente es algo distinto del cerebro y del resto del cuerpo, por lo que la mente estaría libre de la muerte, y también las personas, pues éstas se definen por su forma de pensar y de sentir, no por la forma de su cuerpo... ¿Qué os parece esto? Es un viejo argumento filosófico acerca de la inmortalidad del alma.


Finalmente, incluso si la mente no fuera más que parte del cuerpo, el conocimiento actual sugiere la posibilidad de vencer a la muerte. Podría ser, por ejemplo, algo como esto: imaginad que vamos substituyendo los órganos de un ser vivo conforme vayan deteriorándose (mediante una técnica hiperdesarrollada de transplantes). Quizás al cabo de muchísimos años hayamos substituído cada una de las "piezas" de su cuerpo por otra igual, y sin embargo, aunque todo su físico hubiera sido renovado, su estructura o forma seguiría siendo la misma, por lo que ese ser vivo sería prácticamente inmortal. ¿Qué os parece esta idea?... Los filósofos, sabios mucho más viejos que los modernos científicos, han dicho lo mismo desde hace siglos: la estructura, la forma de los seres, lo que concebimos como su esencia, es inmaterial y, como tal, inmortal. …



A ver qué pensáis:



1. ¿Qué te parece el argumento del "truco de magia"? ¿No podría ser la muerte algo falso, una especie de ilusión, como los trucos de un mago? ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué?
2. ¿Es la muerte algo lógico o ilógico? ¿Y si fuera algo ilógico, puede existir lo ilógico?
3. ¿Crees que es la mente (tus pensamientos, deseos, emociones...) lo mismo que el cerebro o algo "más allá" del cerebro? Respondas lo que respondas, dí en qué razones o pruebas te apoyas.
4. ¿Qué te parece el último de los argumentos? ¿Podríamos lograr la inmortalidad substituyendo cada una de las "piezas" de nuestro cuerpo conforme se van estropeando? ¿Sí o no? (Y razona tu respuesta).
5. Algunos filósofos piensan que la muerte es, de alguna manera, lo que da sentido a la vida. ¿Qué crees tú?

Si pulsáis aquí tendréis la versión radiofónica de todo esto.

miércoles, 18 de enero de 2017

Dialoguillo de otoño sobre el sentido de la vida


Otoño. Un recreo como tantos. Cali (de Calixto) y Sofía discuten después de una clase de filosofía. Al rato aparece Marifé, una compañera de otra clase.

Cali-... Venga, no me digas... No sólo estás todo el día encerrado en el Instituto estudiando como un enano, sino que encima viene el de filosofía y dice que nada tiene sentido y que qué hacemos aquí... ¡Pues que lo digan antes y no venimos!
Sofía -. Ese es un truco. Él quiere que pensemos y nos demos cuenta de lo guay que es estudiar. Típico.
Cali-. Eso es lo que fastidia. Encima quiere el tío que vengamos contentos.
Sofía -. O no. Lo que este quiere es que pensemos. Que lo de filosofía es de pensar, vamos.
Cali -. Sí, de pensar en la hora de salir, no te j...
Sofía -. Pues no vengas tío.
Cali-. ¡Tú también con ese rollo! En la vida ha visto un profesor que te diga que no vengas si no quieres. ¡Pues que no venga él...!
Sofía -. O sea que en el fondo sí quieres venir...
Cali-. ¡J..., yo vengo porque tengo que venir. Porque si no mis padres pasan de mí..! Mira, yo aguanto aquí dos años, y después me piro con mi primo, y montamos los dos un pedazo taller de motos. Voy a tener una cacho de burra que vas a flipar, colega. Y pelas a mogollón. ¡Y de fiesta de jueves a domingo, sin parar! ¡Playita, tías buenas...! Jajaja...
Sofía.- Eres más simple que una persiana. ¿Vas a pasarte la vida de fiesta en fiesta?
Cali.- ¡Pues sí, con mis colegas! Nos hacemos unas juergas alucinantes. Y ligamos, marisabidilla, veinte veces más que tú...
Sofía.- ¿Qué colegas? Si son los que yo conozco, solo saben hablar de fútbol. Y para ligar, te recuerdo, tienes que tener una pizca de conversación, y algo en la mollera que no sea calimocho...
Cali-. ¿Qué diiices?
Sofía.- Qué tu y tus colegas sois menos interesantes que una patata...
Cali.- ¿Y tú qué, premio nobel? ¿Estás investigando la vida de los delfines? ¿Compones música? ¿Estarás filmando ahora mismo, supongo, una película genial?...
Sofía.- Todavía no... Pero... Sí, me gustaría... No sé, levantarme todas las mañanas con la ilusión de hacer algo realmente valioso, y no simplemente pensando que me espera un trabajo aburrido y esperando que llegue el fin de semana ... Mira, leí una vez una frase, algo así como: “vivir no merece la pena, si no hay algo por lo que estés dispuesto a morir”.
Cali.- ¡Puff!... Eso es un rollo. Lo que hay que hacer es vivir a tope el momento y pasar de comerse el tarro. Como dice mi madre, para cuatro días que vamos a estar aquí...
Sofía.- No te entiendo. ¿Vivir a tope es venir sin ganas al Instituto o al trabajo, mirar la tele e irse de marcha todos los viernes con los colegas? Así, un año tras otro... ¿Crees que cuando tengas cuarenta años no vas a pensar que has desperdiciado tu vida, y que no has hecho más que poner tornillos en el taller y beber cerveza?
Cali.- Y mantener a mi familia, ojo. ¿Es que eso no es suficiente?
Sofía.- Para mí, no. Mucha gente tiene familia porque todo el mundo la tiene, por no estar sólo. O yo qué sé. Para que sus hijos tengan hijos y así una y otra vez, como hormiguitas, todos por el mismo camino...¡¡Eso no tiene sentido!!
Cali.- ¿Y lo que tú quieres hacer sí? ¿Para qué te vas a romper la cabeza haciendo cosas? Te vas a morir igual. Bueno, igual le ponen tu nombre a una calle, pero tú no te vas a enterar... Y cuando haya una guerra, o se acabe el planeta, ni calle vas a tener.
Sofía.- ... Mira, ahí viene la Marta. ¿Qué pasa, Marta, qué tal el examen de mates?
Marifé.- Yo qué sé, no tengo muy buena impresión. ¿Y vosotros, de qué habláis, que os veía discutir desde lejos?
Cali.- ¡Del sentido de la vida, jaja!
Marifé.- Hala, sí que os ha dado fuerte la filosofía, ¿no?
Cali.- Esta, que no sabe qué hacer con su triste existencia.
Sofía.- De triste nada, melón. Lo que quiero es no ser un cacho ladrillo como tú...Hablaba de saber qué sentido tiene lo que hacemos, estudiar y todo eso. Y de qué me gustaría encontrar algo por lo que luchar y que diera significado a mi vida...
Marifé.- Yo ya he decidido que voy a hacer medicina. Mi hermana ya ha empezado y dice qué es superduro pero mola tía, salvar a los demás y todo eso.
Sofía.- Ya pero, ¿para qué? Al final van a morir también.
Marifé.- Sí tía, pero los médicos cada vez saben más cosas. Y además yo quiero ayudar a los demás. Yo creo que sería feliz así...
Cali.- ¿Feliz? Vas a estar todo el día con enfermos deprimidos, rodeada de sangre y de gente gritando... Y además, como dice ésta, al final todo el mundo se muere.
Marifé.- Sí, pero gracias a mi van a sufrir menos, y van a vivir más tiempo. Los médicos son más necesarios que cualquier otra cosa. Además, la mayoría acaban siendo buenísimas personas, y con mucha experiencia. Mi tío es médico jubilado y cuenta historias superbonitas; yo hasta lloro a veces...
Cali.- (Con ironía) Tía, qué buena vas a ser. Seguro que vas al cielo.
Marifé.- Eso no lo sé. Pero si sé que Dios me ha puesto en este mundo para hacer el bien a los demás.
Cali.- Sí, hombre, que Dios está ahí arriba organizándolo todo desde su oficina... ¿Y eso como lo sabes?
Marifé.- Ya estamos. No todo tiene explicación, Cali. Con estas cosas o se tiene fe o no. Y punto.
Cali.- Vale, pues yo no me creo esos rollos de curas. Paso.
Sofía.- (Un poco cabreada) ¿Y por qué sigues aquí y no pasas de hablar con nosotras? ¿No dices que pasas de todo?... Pues venga...
Cali.- Bueno, tía, no te sulfures. ¿Qué pasa, que tu también le das al incienso y al agua bendita?
Sofía.- No. Yo tampoco creo mucho en Dios. Y eso de que hizo el mundo en siete días, y que si el hijo crucificado, y la virgen... Buf. A mi al menos no me entra en la cabeza...Pero yo también creo, como Marta, que tengo que estar aquí para algo. Qué todo esto tiene algún sentido. El de filosofía dice que todo tiene que tener alguna explicación lógica.
Marifé.- ¿Sí? ¿Cuál? Explícamela, anda.
Cali.- Macho, estáis flipando las dos. O sea: no me puedo creer que estéis teniendo esta conversación. Que no...

Si quieres escuchar la versión radiofónica de este diálogo, pulsa aquí.



ACTIVIDADES
1. En el relato se plantea el problema del sentido de la vida. ¿Cómo le explicarías ese problema a un amigo tuyo (es decir, con tus propias palabras)?
2. En el diálogo se muestran tres actitudes distintas ante el problema del sentido de la vida. ¿Cuáles son? (Explícalas brevemente) ¿Con qué personaje relacionas cada una de ellas? (Puedes buscar información sobre esas tres actitudes en los apuntes)
2. Inventa un personaje que se identifique contigo, ponle un nombre, y haz que intervenga al final del diálogo exponiendo su (tu) propio punto de vista CON TODOS LOS ARGUMENTOS DE LOS QUE SEAS CAPAZ.
Ejemplo: 
S.- Anda, mira quién viene por ahí. ¿Qué tal? ¿Qué te ha parecido a ti lo de la clase de filosofía, lo del sentido de la vida y ese rollo? ¿Cuál es el sentido de la vida para ti?
Tu nombre en el diálogo.- ......................................................

martes, 17 de enero de 2017

El sentido de la vida.



Hace muchos años, después de una clase sobre las teorías acerca del universo, un alumno esperó que todo el mundo se fuera y se acercó, se sentó frente a mi mesa, y sacando las palabras de algún lugar muy remoto de sí mismo, me dijo, mientras me miraba absolutamente aturdido: “Profesor...QUÉ RARO ES TODO”... La frase no era nada especial, pero sí lo fue la intensidad con que la dijo. Ese alumno no sólo estaba diciendo una frase, la estaba viviendo, padeciendo, estaba invadido por ella...Casi parecía que era la frase la que le estaba diciendo a él... Jamás se me olvidará la manera en que la dijo...


  
....Y a vosotros. ¿No os parece también raro todo esto? ¿De dónde ha salido este Mundo? ¿Por qué existe? ¿Para qué?... ¿Y nuestra propia vida? Nacemos y vivimos (según nos dicen) en el tercer planeta de una estrella perdida en un rincón de uno de los brazos de una de las miles de millones de galaxias, viajando a toda velocidad hacia los confines del Universo... ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Tenemos alguna misión especial en este mundo? ¿Qué pintamos aquí?...

Decía el filósofo José Ortega y Gasset que nuestra vida es como un “fenómeno deportivo”, un mero juego sin más sentido que el de jugar por jugar... Al fin y al cabo, para qué esforzarse seriamente en nada, si todo acaba en la nada de la muerte... Por eso decía otro filósofo (Jean Paul Sartre) que el hombre es una “pasión inútil”. ¿Estás de acuerdo? ¿Es inútil tu vida o tiene algún sentido? ¿Cuál?

Si queréis leer y escuchar algo más sobre el problema del absurdo y el vacío existencial, podéis leer y escuchar, en esta entrada,  o en este programa de radio: http://www.rtve.es/alacarta/audios/viaje-al-centro-de-la-noche/viaje-centro-noche-viajamos-vacio-2-09-11-14/2851263/


El enigma del Universo. La teoría del Big bang.

La teoría cosmológica estándar o teoría del “Big bang” afirma que el Universo es un gigantesco proceso que brotó como una gran explosión hace unos 13.000 millones de años a partir de una extraña "partícula" tan inconcebiblemente densa como pequeña.





La imagen más simple del "Big bang" comienza con una nada. No hay realmente nada, no hay espacio, ni tiempo, ni energía, ni materia...Pero esa nada parece tener un misterioso potencial de existir. Y "entonces", en ningún momento ni en ningún sitio, esa nada se convierte en Universo, estalla y comienza la expansión del espacio en el tiempo; toda la energía y, después, la materia, son creadas en ese estallido. En la primera minúscula fracción de segundo el universo se expande (se infla) a una velocidad de vértigo. Unos tres minutos después los átomos comienzan a formarse. Tras 5.000 millones de años se configuran las galaxias. En una de ellas, la Vía láctea, aparece hace más de 4000 millones de años nuestro planeta, y hace menos de 100.000 años nuestra especie. A través de ella el Universo parece haber dado lugar a su criatura más extraña: la consciencia de sí mismo...




La teoría del "Big bang" supone, no obstante, un gran número de problemas filosóficos... ¿Qué causó la “explosión” o emergencia del Universo? ¿Para qué? ¿Qué sentido tiene? Si el Universo es algo que aparece y desaparece, no puede ser él mismo la causa de su existencia (nada que "aparezca" puede hacerse aparecer a sí mismo). Pero si no tiene causa, entonces el Universo es fruto del azar o de la "nada", un "capricho" irracional, algo radicalmente incomprensible... Tal vez hay infinitos ciclos de universos que se expanden y se contraen, pero entonces: ¿Cómo hemos podido llegar a este en el que vivimos y pensamos nosotros (tendrían que haber transcurrido una infinitud de expansiones y contracciones antes de llegar a este universo en que vivimos, pero un infinito nunca acaba de transcurrir)? Además: ¿durante qué tiempo se suceden unos a otros los Universos? ¿En qué espacio se expanden y contraen?... Todo parece demasiado irracional. Pero si el Universo es tan irracional, ¿cómo es que puede explicarse racionalmente a través de las leyes físicas?... Por cierto: esas mismas leyes y teorías físicas: ¿Son también parte del Universo? ¿Son cosas físicas tal como las cosas físicas que ellas mismas explican? Si no lo son, ¿"dónde" están? Y si lo son, ¿cómo pueden aspirar a explicar la totalidad de las cosas si no son más que una minúscula cosa más en mitad del espacio y el tiempo?...






miércoles, 11 de enero de 2017

Taller de monstruos



La falta de sentido y razón en las cosas las hace incomprensibles y extrañas, distintas a lo entrañablemente conocido y familiar. En otras palabras: las hace monstruosas... El monstruo es aquello cuya forma es tan extraña que nos resulta casi imposible identificarnos con él, y por eso nos parece una amenaza, algo totalmente opuesto a nosotros y, por tanto, terrorífico... 

Monstruoso puede ser el deforme, el engendro, el loco de imprevisible conducta...

O la propia naturaleza en su aspecto más salvaje e inhumano (un terremoto, el mar embravecido bajo la tormenta, una jungla oscura e impenetrable, o un inofensivo insecto que deja ver lo extraño de sus formas y movimientos)...
Más monstruosa aún es la conversión repentina de lo entrañable en extraño (lo que ocurre de noche bajo nuestra querida cama, el dulce pero malvado oso de peluche, el niño asesino o poseído, el rostro muerto de alguien que conocíamos, una conducta extraña, de repente, en quién menos lo esperamos...)...

Pero lo más terrible es siempre lo que, por ser tan “otro”, tan distinto y tan extraño a nosotros, es inimaginable, carece o cambia constantemente de forma (quizás lo situamos en la oscuridad, que es el reino imaginario de lo informe). Este monstruo está en todas partes y parece, por indefinible, imposible de vencer... A este monstruo, que no podemos ni nombrar, algunos le llaman "lo absurdo". Y de ello, de lo que no se puede hablar, hablaremos en próximas entradas... Pero antes, un ejercicio.


¿Será cierta esta teoría sobre lo monstruoso y terrorífico?... Me gustaría que me ayudases a ponerla a prueba. El ejercicio es el siguiente. Recuerda y cuenta tus peores pesadillas. Confiesa qué es aquello que te da más miedo. Inventa o recuerda el peor monstruo, historia o experiencia de miedo que puedas contar... Veremos entre todos si encaja o no en todo lo que hemos dicho. 


[Seria advertencia: la lectura de los comentarios de esta entrada no es recomendable para personas con problemas cardiacos o con las ideas demasiado claras acerca de lo que es el mundo...]

martes, 10 de enero de 2017

El aplomo del sabio.


Empezar a ser libres supone desobedecer y cuestionar lo establecido, despertar y abrir los ojos, ser conscientes, pensar, decidir y actuar por nosotros mismos, bajo nuestra propia responsabilidad... Todo esto está muy bien, ¡pero también es muy duro! 

Crecer, salir del cascarón, del sueño de la inconsciencia, del regazo de nuestros padres... ¡duele! En el mito bíblico se simboliza con la expulsión del paraíso donde vivíamos bajo la tutela de Dios. Dios nos expulsa como un padre que echara de su casa a un hijo rebelde, anunciándonos además toda suerte de trabajos y desdichas. Y en efecto: fuera del paraíso (de la infancia) la vida no es fácil. No solo porque tengamos que decidir y responder de todo lo que hacemos (ya no podemos echarles las “culpas” a otro). También porque, de pronto, nos encontramos a la intemperie, desnudos y solos ante un mundo desconocido, en el que andamos continuamente expuestos al error y al dolor. 




Vivir, crecer, generan dolor y, por tanto, miedo. El miedo es el efecto de anticipar imaginariamente el dolor que asociamos, por experiencia (propia o ajena, real o virtual), a la situación o suceso que tememos.   


Pero aunque el miedo es muchas veces nuestro aliado (nos advierte del peligro y nos invita a ser precavidos), otras veces es excesivo y puede impedirnos asumir el riesgo que supone vivir experiencia valiosas. 

Para afrontar ese miedo excesivo hay que tener valor. Y la valentía (que no es carecer de miedo, sino controlarlo para que no nos bloquee) está necesariamente ligada al conocimiento. Parece obvio que la persona que cree conocer las causas del sufrimiento al que se expone (y, por tanto, la mejor manera de evitarlo o paliarlo), se enfrentará con mayor arrojo a la situación potencialmente peligrosa. Recordad que no es lo mismo el valor que la temeridad (esta es efecto de la inconsciencia o desconocimiento, y dura lo que tarda el temerario en sufrir el primer golpe)... 




De otro lado, en el mundo parece haber muchos acontecimientos que no controlamos, y cuyos efectos pueden ser fatales para nosotros (catástrofes naturales, enfermedades, accidentes...). Es por ello que a veces nos sentimos seres a merced de la suerte. Esto genera una gran inseguridad. Y a mucha gente le empuja a usar amuletos, o a rezar y confiarse a un ser supuestamente más poderoso que él...  


Pero también hay gente que se empeña en conocer y descifrar las causas de lo que nos parece “accidental” o “azaroso”, para que así deje de serlo. En este caso, el conocimiento sería un seguro para sentirnos más seguros y controlar mejor la inseguridad que inspira la vida...



A PENSAR: ¿Qué es para ti el miedo? ¿Es bueno o malo tener miedo? ¿Qué tiene que ver ser sabio con ser valiente? Muchas cosas que nos pasan parecen incontrolables. ¿Qué es mejor hacer ante ellas: rezar, llevar un amuleto, o quizás conocerlas mejor? ¿En qué consiste, por cierto, que algo ocurra por pura suerte o azar?








domingo, 8 de enero de 2017

Hijo, no quiero que acabes como Bill Gates

Aquí va otro artículo que os dedico. Me lo inspiró un lista con recomendaciones para los estudiantes que encontré en un aula.Trata de lo que debe ser la educación (y la vida, y el mundo...). A ver qué os parece.